Al comenzar la terapia, dedicamos las primeras sesiones a conocerte y a entender qué estás viviendo. Para ello, utilizo cuestionarios de apego y algunas herramientas clínicas que nos ayudan a identificar tus patrones emocionales, tus modos de relacionarte y los síntomas que puedan estar influyendo en tu bienestar.
Con esta información trazamos juntos objetivos claros y realistas, para que el proceso tenga dirección y se adapte a lo que realmente necesitas.
Mi intención es que te sientas acompañado/a desde el primer momento, con un espacio seguro donde puedas explorar, comprender y empezar a aliviar aquello que hoy pesa.
EMDR es una técnica terapéutica enfocada en procesar experiencias difíciles o traumáticas que quedaron “atascadas” en el sistema nervioso y todavía generan malestar en el presente. A través de movimientos oculares, tapping o estimulación bilateral, el cerebro puede reorganizar esa información y reducir la carga emocional asociada.
Fases del EMDR
Cierre y seguimiento:
Revisamos cómo te sientes, consolidamos los cambios y valoramos si hay otros aspectos a tratar.
Evaluación y planificación:
Exploramos qué situaciones o recuerdos siguen afectando y definimos el objetivo del trabajo.
Preparación:
Te enseño recursos para regular tus emociones y sentirte seguro/a durante todo el proceso.
Procesamiento:
Trabajamos sobre el recuerdo o la sensación problemática mientras aplicamos la estimulación bilateral, ayudando al cerebro a integrar la experiencia.
La terapia integrativa es un enfoque flexible y profundo que combina distintas corrientes psicológicas para adaptarse a lo que cada persona necesita. No todos vivimos, sentimos o atravesamos las dificultades de la misma manera, por eso este tipo de terapia permite trabajar desde diferentes herramientas, siempre con una mirada coherente y respetuosa hacia tu proceso.
En mi caso, integro modelos basados en el apego, el trauma, la psicoterapia humanista, técnicas de regulación emocional y métodos como EMDR, ajustando cada intervención a tu historia y a tus ritmos. Esto permite abordar no solo los síntomas (ansiedad, depresión, inestabilidad emocional…), sino también las raíces más profundas que los sostienen.
¿Cómo funciona este enfoque?
Partimos de una evaluación inicial que nos ayuda a comprender tus patrones de relación, tu manera de gestionar las emociones y los eventos que han marcado tu vida. Desde ahí construimos juntos un mapa del proceso terapéutico, combinando herramientas según lo que mejor te ayude en cada momento.